En el contexto de la actual guerra comercial, China ha decidido responder a Estados Unidos con aranceles del 84% sobre todas las importaciones. Esta contundente contraofensiva del gigante asiático ya ha dejado su primera gran consecuencia: la caída del precio del petróleo.
Una bajada en los precios. Los barriles de petróleo se cotizan por debajo de los 60 dólares, con una tendencia descendente. Según el especialista en energía Javier Blas, el mercado petrolero está atravesando una tormenta perfecta. Por un lado, la demanda global disminuye debido a la guerra arancelaria; por otro, la OPEP+ optó por mantener la producción elevada, intensificando la oferta. Si esta situación persiste, podría derivar en un verdadero shock de oferta con implicaciones para dos actores clave.
Una situación compleja. La decisión de la OPEP+ de aumentar la producción petrolera, pese a la baja de los precios y la preocupación por una desaceleración económica global, busca recuperar la cuota de mercado perdida por recortes previos. A esto se suma la creciente producción de países fuera del cartel y de aquellos incumplidores de las normativas, contribuyendo al exceso de oferta.
Un alto costo. Arabia Saudí, uno de los jugadores principales en este escenario, se ve afectado. A pesar de su iniciativa Vision 2030 para diversificar su economía, el petróleo sigue siendo crucial para financiar sus ambiciosos proyectos como NEOM.
Según Reuters, la caída de precios podría recortar miles de millones en ingresos estatales, y ya se observa un declive en las acciones de Saudi Aramco. Este impacto es significativo, ya que podría llevar a Riad a aumentar su deuda o posponer grandes proyectos de infraestructura. El FMI advierte que Arabia Saudí necesita que el precio del barril supere los 90 dólares para equilibrar su presupuesto.
Otro afectado. La baja en los precios también afecta a Rusia. La gobernadora del Banco Central, Elvira Nabiullina, ha manifestado a Reuters que las guerras arancelarias son un riesgo claro para Rusia debido a la caída en los precios del crudo, lo que afecta el comercio global y ralentiza la economía mundial, disminuyendo la demanda de los recursos energéticos rusos. En marzo, la dependencia de Moscú del petróleo y el gas ya mostró una caída del 17%, con perspectivas de seguir descendiendo en abril.
Perspectivas desde Moscú. Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, reconoce que el mercado del petróleo enfrenta una situación “extremadamente turbulenta” debido a las tensiones comerciales con Estados Unidos. El valor del crudo Urals, el barril de referencia ruso, se aproxima a los 50 dólares, su nivel más bajo en casi dos años. Según OilPrice, una regla fiscal técnica podría amortiguar el impacto en el presupuesto, pero los precios del petróleo siguen en picada.
Pronósticos. La tendencia a la baja del precio del petróleo podría continuar, afectada por guerras, sanciones e inestabilidad territorial, lo que incrementa la percepción de riesgo entre los inversores. Sin una acción clara de la OPEP+, el precio sigue descendiendo sin pausa.
Imagen | Javier Colmenero
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