La Generalitat de Catalunya ha anunciado recientemente la prohibición de los teléfonos móviles en todas las etapas educativas. Esta medida forma parte del Plan de Digitalización Responsable que el Departamento de Educación presentó el pasado viernes en el Palau de Pedralbes de Barcelona.
Adiós a los dispositivos. Cataluña ha decidido fortalecer las normas sobre el uso de dispositivos electrónicos en las aulas, incluyendo los relojes inteligentes. En los próximos cursos, se procederá a eliminar progresivamente las pantallas y tablets, y los portátiles individuales no se distribuirán hasta sexto de primaria.
Etapas educativas. Las restricciones sobre el uso de dispositivos se aplicarán en todas las etapas educativas, aunque con diferentes enfoques. En la etapa infantil, que abarca de 3 a 6 años, se prevé ir retirando gradualmente todas las pantallas, incluidas pizarras digitales y tablets.
En el curso 2024-25, los estudiantes de primaria (de 6 a 12 años) no podrán llevar teléfonos a clase, salvo para fines académicos, una excepción que desaparecerá en septiembre.
Sin sorpresas. Desde enero de 2024, la Generalitat habÃa adelantado restricciones para el uso de móviles en primaria y secundaria. Aunque se contemplaban excepciones para usos especÃficos (comunicación, salud, uso educativo autorizado), el camino hacia una prohibición total ya estaba trazado.
Y no están solos en esta decisión. Cataluña se suma a otras comunidades, como Galicia, que prohÃbe los móviles en recreos; Baleares, que tampoco permite dispositivos electrónicos; AndalucÃa, que los ha restringido en aulas; la Comunidad Valenciana, que adoptó esta medida en mayo de 2024, y Madrid, que también los quiere fuera de las clases.
¿Acertada o no? La respuesta no es clara. PaÃses como Italia, Francia, Portugal y Suecia han decidido prohibir los móviles en las aulas. Algunos estudios indican que esto mejora el rendimiento y la participación, mientras que otros afirman que el impacto es mÃnimo.
La UNESCO considera que regular el uso del móvil es necesario, debido a que es «la mayor fuente de distracción para los estudiantes». Sin embargo, reconoce que una prohibición podrÃa ser más una medida superficial que una solución efectiva.
Imagen | Charlesdeluvio
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