España atraviesa un periodo demográfico complicado. Según los datos más recientes del INE, la población ha alcanzado casi los 49,1 millones de habitantes, la cifra más alta en su historia, con un incremento de casi 1,7 millones desde el inicio de la década. Sin embargo, este récord no oculta el gran desafío demográfico al que se enfrenta el país: un descenso pronunciado en la natalidad, lo que hace que el crecimiento poblacional dependa principalmente de la inmigración.
Un dato lo ilustra claramente: los nacimientos han disminuido más del 50% desde el baby boom.
España en cifras récord. El país vive una situación demográfica única. Nunca antes había habido tantas personas viviendo en España, acercándose a la cifra de 50 millones de habitantes. Sin embargo, junto a esta noticia positiva del INE, también enfrenta una alarmante crisis demográfica.
Puede parecer contradictorio, pero estas tendencias no son tan misteriosas: el padrón crece principalmente gracias a la inmigración, que ha sido el principal soporte demográfico en el último año. En cuanto a la natalidad, la situación es muy distinta. Aunque falta conocer el balance de 2024, los datos de 2023 dejan claro que este indicador está muy lejos de sus mejores momentos.
Una cifra: 49,07 millones. Esa es la cifra oficial de población residente en España al inicio de 2025. Este dato es positivo por varios motivos. Como señala el INE, es el “valor máximo de la serie histórica” y refleja que en el último año el padrón estatal se incrementó en unas 458.300 personas. La conclusión es clara: el crecimiento de España se sustenta principalmente en la inmigración.
“El crecimiento poblacional se debió al aumento de personas nacidas en el extranjero, ya que las nacidas en España disminuyeron”, señala el observatorio estadístico antes de pasar a los datos: a 1 de enero, la población nacida en España había experimentado una caída trimestral del 0,05%, mientras que la nacida en el extranjero creció un 1,47%.
¿Y cómo fue la natalidad? A falta de datos definitivos y actualizados, de momento las cifras del INE no son muy alentadoras. La natalidad en España disminuye o, en el mejor de los casos, se estanca con un leve crecimiento. Esto es más evidente si hacemos comparaciones a largo plazo. Comparando los nacimientos actuales con los del baby boom, la diferencia es notable.
Las estimaciones provisionales del INE indican que entre enero y noviembre de 2024 se registraron alrededor de 296.100 nacimientos en España, prácticamente igual que el año anterior (+0,8%). Los datos cerrados de 2023 muestran que nacieron 320.656 bebés, un 2,6% menos que en 2022 y lejos de los 425.700 registrados por el INE una década antes.
Año |
Total nacimientos |
Población residente (a 1 de enero) |
---|---|---|
1975 |
669.378 |
35.569.375 |
1980 |
571.018 |
37.346.940 |
1985 |
456.298 |
38.407.829 |
1990 |
401.425 |
38.853.227 |
1995 |
363.469 |
39.639.726 |
2000 |
397.632 |
40.470.182 |
2005 |
466.371 |
43.296.335 |
2010 |
486.575 |
46.486.621 |
2015 |
420.290 |
46.449.565 |
2020 |
341.315 |
47.332.614 |
2023 |
320.656 |
48.085.361 |
Un porcentaje: el 50%. Hasta ahora hemos comparado datos anuales o mensuales. Las conclusiones más interesantes se extraen al analizar el panorama completo, como ha hecho el catedrático de Geografía Humana Rafael Puyol en un artículo de The Conversation. En él destaca dos cifras fundamentales: durante los mejores años del baby boom (en términos demográficos), entre los 50, 60 y la primera mitad de los 70, nacían en España entre 650.000 y 660.000 bebés. Hoy, esa cifra se ha reducido a la mitad. Desde 2017 no supera los 400.000.
Para apreciar mejor la disminución, basta con dos cifras específicas. En 1960 España registró 663.375 nacimientos. En 2023, esa cifra fue de 320.656. En resumen: un descenso de más del 50% en varias décadas, una cifra contundente que se explica por una combinación de factores económicos y sociales, según Puyol. Entre ellos, los cambios en el modelo familiar, la jerarquía de valores, la educación y la incorporación de la mujer al mercado laboral.
Una tendencia, tres indicadores. Más allá de los datos brutos de nacimientos, el experto sugiere prestar atención a tres indicadores demográficos clave. El primero es la fecundidad, el “número medio de hijos por mujer en edad de procrear”. En España, esa cifra ha estado por debajo del umbral de 2,1 necesario para la renovación generacional desde los años 80. En 2023, se situó en 1,12.
El segundo dato es el descenso del número de mujeres en la franja de edad asociada a la maternidad, de 25 a 39 años. Puyol señala que desde el inicio del siglo, el número de mujeres en ese perfil ha disminuido en más de 700.000 en España. “Las madres potenciales son cada vez más escasas”, advierte.
El tercer factor es que cada vez se tienen hijos más tarde. De hecho, el número de partos entre madres de 40 o más años ha aumentado un 20% en solo una década.
¿Por qué es importante? Porque la evolución de la natalidad no es solo un dato más, sino que tiene profundas implicaciones. Un mayor número de nacimientos ensancha la base de la pirámide poblacional y reduce el envejecimiento del país, afectando áreas sociales, laborales y las finanzas públicas.
El ejemplo más claro es la sostenibilidad de los sistema de pensiones. Este problema no es exclusivo de España. Otros países, como Japón, Corea del Sur e incluso China, también enfrentan el desafío del envejecimiento.
Imágenes | Mikel Seijas Alonso (Flickr) 1 y 2
Deja una respuesta