Las redes sociales están nuevamente en ebullición debido a una herramienta de inteligencia artificial. Aunque suele haber revuelo cada vez que una tecnologÃa destaca, en esta ocasión, la generación de imágenes de ChatGPT basada en GPT-4o ha dejado a muchos sin palabras. Esta IA generativa ha vuelto a captar la atención de la gran mayorÃa, pero lo ha hecho enfrentándose a una crÃtica constante sobre su funcionamiento: la posible violación de derechos de autor.
El dilema del contenido ©. Recientemente, las plataformas sociales se han inundado con memes, avatares e imágenes editadas por ChatGPT que imitan el estilo de los célebres dibujos de Studio Ghibli. Las creaciones, sin duda, son visualmente impactantes, pero es importante recordar que la IA puede generar una imagen de un caballo porque ha sido entrenada con incontables imágenes similares.
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Del dicho al hecho. Si ChatGPT-4o puede crear imágenes en el estilo particular de un artista, es porque ha aprendido sobre cómo es ese estilo. Esto implica que fue adiestrado con material relacionado con el estudio de Hayao Miyazaki. Este contenido es invaluable y conmovedor, pero no está libre de derechos; es una obra protegida, un inconveniente que ha desafiado a ChatGPT y OpenAI desde su concepción.
Un secreto a voces. La alfabetización de ChatGPT incluyó una vasta cantidad de datos de internet, incluyendo sitios web, literatura, redes sociales y artÃculos académicos. Aunque este material es accesible, no siempre es gratuito. Una imagen que encontramos en la web está alojada en un servidor propiedad de una empresa y, probablemente, esté protegida por derechos de autor. Verla y descargarla no equivale a tener derecho a comercializar con ella.
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La polémica de los «Artistas vivos». OpenAI ha optado por una polÃtica conservadora en cuanto a imágenes que emplean el trabajo de otros artistas. Ahora, cuando un usuario intenta generar una imagen en el estilo de un artista contemporáneo como Miyazaki, se activa una restricción. Aunque se permite el uso de estilos más amplios, estilo Studio Ghibli, en vez del estilo personal de Hayao Miyazaki.
Curiosamente, en 2016, Miyazaki comentó tras observar una animación creada por inteligencia artificial que nunca incorporarÃa dicha tecnologÃa a su obra, considerándola un insulto a la vida.
Mi vecino Totoro | Imagen: Studio Ghibli
Acerca del estilo. Aunque nadie puede impedir que se creen obras en el estilo de Miyazaki o Studio Ghibli, el verdadero problema surge al utilizar obras protegidas para entrenar una IA para replicar ese estilo. Similar al fan art, realizar una ilustración de Pikachu es permitido, imprimirla y venderla no lo es.
El desafÃo para OpenAI. La utilización de contenido protegido con fines comerciales ha generado disputas legales para OpenAI, incluyendo una demanda del New York Times. Getty ha demandado a Stable Diffusion por el uso indebido de sus imágenes, y Meta ha sido acusada de utilizar masivamente libros con copyright para entrenar sus modelos.
La conclusión es contundente: el desarrollo de la inteligencia artificial tiene un precio, el aprovechamiento desmedido de todo el contenido disponible en Internet, ignorando frecuentemente las leyes de copyright. Mientras las empresas de IA continúan argumentando amparadas en el fair use, la disyuntiva sobre derechos de autor sigue sin resolverse y promete ser un tema de discusión recurrente en el futuro.
Imagen de portada | @Mdurbar
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