La invasión rusa en Ucrania ha hecho que muchos se pregunten si estaban equivocados al considerar obsoletas a las minas y la artillerÃa convencional. La situación en la región ha resaltado la relevancia de estas armas, que por mucho tiempo fueron relegadas a un segundo plano, desencadenando ahora un interés renovado en el rearme por parte de Europa.
Un retorno inesperado. Este conflicto ha desafiado las concepciones occidentales sobre la guerra moderna. Las minas antipersonales y la artillerÃa pesada, vistas como reliquias del pasado, han demostrado ser vitales en un conflicto terrestre a gran escala, algo que los ejércitos europeos no habÃan contemplado en sus planes actuales.
Las potencias occidentales anticiparon enfrentamientos del siglo XXI como tecnológicos y ágiles. Sin embargo, la realidad ucraniana, con sus lÃneas de batalla estáticas y prolongadas disputas por el territorio, ha desafiado esos planes.
Impacto en el Tratado de Ottawa. Uno de los cambios más evidentes ha sido la decisión de varios paÃses europeos de dejar atrás el Tratado de Ottawa de 1997, que prohibÃa las minas antipersonales. Finlandia se unió a Polonia, Lituania, Letonia y Estonia en este movimiento, con la intención de fortalecer sus fronteras ante una posible amenaza rusa.
Estas naciones, cercanas a Rusia o bajo su influencia, se preparan activamente para defenderse con minas, lo que ha demostrado ser eficaz en Ucrania no solo para obstaculizar, sino también para dirigir al enemigo a áreas más favorables para el combate.
La revalorización de la artillerÃa tradicional. Los sistemas de misiles guiados, proveÃdos por la OTAN, enfrentan desafÃos por interferencias rusas, mientras que la artillerÃa tradicional ha ganado relevancia. Sus municiones son menos vulnerables a sabotajes tecnológicos, manteniéndose operativas.
Combinadas con tecnologÃas modernas como los drones, estas armas se han vuelto letales. Ucrania ha combinado lo antiguo con lo nuevo, generando un conflicto que avanza lentamente en el terreno, pero que consume grandes cantidades de municiones.
El despertar industrial en Europa. El conflicto en Ucrania ha puesto de manifiesto las debilidades de la producción bélica en Europa, donde la confianza en el sector privado ha resultado ser un enfoque insuficiente para satisfacer la demanda militar.
El general Christopher Cavoli ha destacado que Rusia está en camino de superar en reservas de municiones a los Estados Unidos y Europa combinados, lo que representa un peligro considerando la naturaleza prolongada del conflicto ucraniano.
La capacidad de producción rusa. Rusia está produciendo actualmente grandes cantidades de municiones y vehÃculos, mientras Occidente afronta problemas logÃsticos. Moscú está supliendo sus pérdidas de equipo militar a un ritmo que causa preocupación en occidente.
Mientras Occidente ve a Rusia como atrapada en un conflicto prolongado, su producción industrial belicista ha sido resiliente y capaz de reponerse, contrastando con las dificultades de sus oponentes.
Errores estratégicos pasados. Expertos señalan que Occidente ha pasado décadas planificando para enfrentamientos asimétricos, dejando de lado el equipamiento para guerras tradicionales, un enfoque que ahora parece inadecuado.
La experiencia actual demanda enfoques que integren capacidades convencionales, defensa territorial y disuasión clásica, desafiando los modelos establecidos en las últimas décadas.
El balance entre pasado y futuro. Según Mark Cancian, aunque las nuevas tecnologÃas son importantes, el conflicto en Ucrania muestra que la artillerÃa y las minas siguen siendo cruciales. El enfoque debe ser equilibrado, combinando innovación con estrategias convencionales.
Es esencial que Europa se prepare para los retos del siglo XXI recordando que el futuro de la guerra también incluye las herramientas del pasado, centrándose en la gestión eficaz de recursos y estrategias convencionales.
Imagen | U.S. Department
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