En 2017, Simón Pérez y Silvia Charro se convirtieron en sensaciones virales gracias a un peculiar video grabado para Periodista Digital. En él, discutÃan la importancia de las hipotecas a tipo fijo, un consejo sólido en ese momento. Sin embargo, no fue tanto la información lo que capturó la atención, sino más bien sus comportamientos erráticos y sus miradas desenfocadas, propias de una jornada laboral que se extendió más allá de lo planeado. Raramente habÃa alguien tan abiertamente bajo influencia frente a la cámara.
Un legado de consumo. Simón y Silvia representan el último capÃtulo de una tradición que se remonta a las primeras cadenas privadas de televisión, cuando estas ofrecÃan contenidos diferentes a los de la televisión tradicional. También antes de la era de las redes sociales en YouTube. Programas como ‘Callejeros’ se hicieron famosos mostrando a jóvenes visiblemente intoxicados haciendo declaraciones que rápidamente se convirtieron en memes, siempre en escenarios reconocibles como parkings de discotecas y controles de alcoholemia.
A plazos. Mientras figuras como El Chuky de Cieza y Los Pistoleros Del Eclipse se afianzaban en el imaginario popular, surgieron Simón y Silvia. El revuelo causado por su vÃdeo provocó la pérdida de sus empleos. La empresa de asesorÃa financiera de Simón colapsó en cuestión de horas. A pesar de sus conocimientos en economÃa (Simón era profesor en la Escuela Internacional de Administración y Finanzas, y Silvia estaba especializada en inversiones inmobiliarias), intentaron capitalizar su repentina fama, aunque esto los alejaba de los techno-kids que aparecÃan en Callejeros.
Retos iniciales. Situados en Galicia y luchando contra varias adicciones, como confesaron a la revista Cáñamo, comenzaron a realizar retos virales para sus seguidores de YouTube. Era un paso inicial hacia la situación actual: desde tatuajes del logo de Forocoches hasta bañarse en fuentes públicas o acudir a fiestas con desconocidos. Intentaron mejorar su situación mediante la creación de una empresa de asesorÃa financiera, Neotecalia, pero este no fue su único proyecto ambicioso.
Un millón de euros. Poco después, en 2024, aparentemente recuperados tras tratamientos de desintoxicación, fundaron Green Capital, una empresa dedicada a productos de cannabis medicinal en Macedonia del Norte. Con viajes frecuentes para supervisar las plantaciones, llegaron a tener noventa socios y recogieron más de un millón de euros con la intención de trasladar las operaciones a España. Sin embargo, el proyecto fracasó, dejando un rastro de deudas y desenlaces inesperados con quienes les apoyaron.
Un espectáculo delirante. La situación actual de Simón y Silvia resulta alarmante: a través de transmisiones en Twitch, donde su canal ha sido cerrado en varias ocasiones por contenido extremo, continúan realizando los desafÃos que les solicitan sus seguidores. Simón consume sustancias en vivo, como pasta base, y realiza conductas extravagantes como disfrazarse de Pikachu para gritar consignas o destruir objetos. Su creciente adicción a las apuestas añade otra capa a su ya complicada situación.
Esclavos del meme. Convertidos en marionetas al servicio de sus más de 30,000 seguidores, han emitido algunas súplicas disfrazadas de actuaciones. Recientemente, invitaron a amigos a un directo, quienes quedaron perplejos ante sus condiciones de vida. Simón incluso ha solicitado un arma a sus seguidores, insinuando un estado de paranoia posiblemente debido a las drogas o deudas con prestamistas poco confiables. El futuro parece incierto y preocupante.
Este fenómeno, sin precedentes en la esfera digital española, muestra cómo, tras ocho años, Simón y Silvia continúan capturando un interés que solo se mantiene a través de contenido cada vez más extremo. El final aún no se vislumbra, pero las repercusiones son evidentes.
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