El 23 de julio de 1972 marcó el lanzamiento del primer satélite del programa Landsat, desde la base californiana de Vandenberg, con la misión de realizar una minuciosa monitorización de la superficie terrestre. En medio siglo, otros ocho satélites han enriquecido este proyecto, ofreciéndonos la imagen más detallada de los cambios planetarios.
Recientemente, un grupo de la Universidad de Córdoba se propuso investigar la evolución del paisaje andaluz y sus bosques.
28 años de imágenes. Esto es lo que han logrado recuperar del programa Landsat. Su interés se centraba en imágenes que capturaran información de ciertos espectros electromagnéticos invisibles al ojo humano, esenciales para estudiar la evolución de los cambios fenológicos, es decir, la interacción entre el clima y los seres vivos.
Este enfoque es crucial, ya que las ‘mediciones de campo’ tradicionales no son efectivas para monitorizar vastas regiones. Por ello, es posible que durante años hayamos tenido una visión distorsionada de la realidad.
¿Y qué han descubierto? En términos generales, que AndalucÃa presenta un verdor mayor al de hace tres décadas. Esto puede resultar sorprendente, considerando que la desertificación avanza rápidamente en esa región. Sin embargo, es un fenómeno que se observa a nivel global.
¿Por qué sucede esto? Según Rafael Villar, investigador principal del estudio publicado en Ecological Indicators, «las razones son diversas y complejas». Factores como «el abandono de los campos tras el éxodo rural, la adaptación de las plantas a condiciones climáticas adversas (como Pinus halepensis y Quercus ilex), la fertilización atmosférica con COâ‚‚, la gestión forestal y los cambios en polÃticas de conservación» son algunos posibles motivos.
No obstante, los investigadores aclaran que se trata de un artefacto estadÃstico. En promedio, AndalucÃa es más verde, pero en áreas especÃficas como AlmerÃa, este fenómeno es apenas perceptible. La aridez y desertificación también están presentes en las imágenes satelitales de la NASA.
El ejemplo del pino silvestre. Los datos revelan que la aridez ha reducido la temporada de crecimiento del pino silvestre. Este fenómeno también ha afectado el ciclo estacional del alcornoque, pino piñonero y pino carrasco, e incluso ha acortado las temporadas de crecimiento de olivos y eucaliptos. Sin embargo, el pino silvestre ha sido el más impactado.
Parece increÃble, pero mientras AndalucÃa experimenta un aumento en su verdor, partes significativas de la región están sufriendo considerablemente.
¿Y cuál es el propósito de esta investigación? Principalmente, entender la compleja realidad de nuestro entorno y reconocer que puede albergar resultados aparentemente contradictorios. Sin embargo, aún queda por ver qué futuro nos depara.
Solo observando nuestro mundo de cerca y comprendiendo sus transformaciones, podemos prepararnos para lo que viene. En este contexto, el «verde» siempre es un sÃmbolo de esperanza.
Imagen | Pilar Flores
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