Desde temprana edad, Eduardo Barreiros mostró una afinidad natural por el mundo de la automoción. Con solo 12 años, ya trabajaba en el taller de la empresa de autobuses que su familia habÃa establecido en Ourense en 1929. Su habilidad llegó a tal punto que podÃa armar un camión usando piezas de desguace. Otro legado significativo que recibió fue el espÃritu emprendedor, una caracterÃstica que su padre ya habÃa manifestado como emigrante en Canarias, donde fundó una fábrica de cedazos.
Con una mezcla de destreza mecánica y una visión empresarial, no es de extrañar que Eduardo Barreiros se convirtiera en uno de los principales magnates de la automoción en la España del siglo XX. Su legado sigue vivo, tanto que aún en 2023 algunos lo comparan con «el Henry Ford español».
El recordado emblema
El emblemático Dodge-Dart Barreiros.
En la década de 1950, Eduardo fundó en Madrid una empresa junto a su hermano Valeriano y su padre, adoptando el apellido familiar como nombre. Esta compañÃa se dedicó a la fabricación de vehÃculos como tractores, camiones, furgonetas y coches, todos luciendo un distintivo logo que combinaba las iniciales «E» y «B» en forma de ocho.
Gracias a diversas alianzas, a mediados de los años 60, la fábrica produjo un Dodge «made in Spain», el icónico Dodge-Dart, que competÃa con el Seat-1500 en el mercado de coches de alta gama. La marca también es conocida porque, cuando sufrió un atentado mortal el 20 de diciembre de 1973, el almirante Luis Carrero Blanco viajaba en un Dodge 3700 GT, sucesor del Dodge Dart.
Un viaje empresarial
Para entender el origen de Barreiros Diésel, debemos remontarnos a la España de los años 50. En 1954, Eduardo Barreiros fundó su compañÃa en Madrid con una visión clara: convertir motores de gasolina a diésel, lo que resultaba en un consumo menor y el uso de un combustible más económico.
El Simca 1000, con el logo de la marca Barreiros.
La compañÃa comenzó en una parcela de 16.000 m2 en Villaverde, al sur de Madrid, y con un capital de 10 millones de pesetas. Eduardo demostró su buen ojo para el negocio al introducir el motor P-6 de Perkins en España sin necesidad de la licencia original.
El ascenso y la caÃda
La empresa experimentó un crecimiento notable en los años siguientes, tanto en personal como en producción. Entre sus creaciones destacadas figuran los camiones TT-90, Azor, Super Azor, la furgoneta Tempo y los tractores Hanomag Barreiros R-335 y 5500.
Barreiros 4045.
Barreiros selló acuerdos con otras empresas, destacando el pacto con Chrysler en 1963, que permitió a Barreiros fabricar automóviles, aunque a costa de ceder un 40% del capital. Los años posteriores vieron la salida de los primeros Dodge-Dart de Barreiros y el popular Simca 1000, aunque también enfrentaron una crisis financiera que llevó a Chrysler a incrementar su control sobre la empresa, que posteriormente se transformó en Chrysler España.
La familia Barreiros finalmente se apartó del control de la compañÃa, aunque su apellido perduró como marca comercial. En su pico, el proyecto Barreiros daba empleo a más de 20.000 personas y dejó una huella imborrable en la historia de la automoción española. Eduardo Barreiros fue reconocido internacionalmente, figurando en una lista del New York Times como uno de los empresarios más influyentes de Europa.
El empresario continuó su carrera en el sector ganadero y llevó su visión a Cuba, donde impulsó la creación de los motores TaÃno. Eduardo Barreiros falleció en La Habana a los 72 años en 1992.
Imágenes | Txemari
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