En los últimos momentos de su campaña, durante un evento organizado por Univisión, la conocida cadena televisiva en español, Donald Trump abordó un tema que no suele ser prioritario en su discurso. Al ser interrogado sobre la necesidad de trabajadores inmigrantes, afirmó: «Queremos trabajadores y queremos que vengan». Sostuvo que el verdadero problema es la inmigración ilegal. «Yo los quiero incluso más que ustedes», aseguró, «Y haremos que la gente entre a nuestro paÃs legalmente».
¿Podrá cumplir esta promesa? Algunos seguidores de Trump esperan que sÃ. En septiembre, Elon Musk, empresario estadounidense nacido en Sudáfrica que contrata numerosos ingenieros extranjeros, señaló en su sitio web X la necesidad de simplificar y ampliar el proceso de inmigración legal en Estados Unidos. Sin embargo, los abogados de inmigración expresan preocupación. Reportan un aumento en las consultas de titulares de visas inquietos por el impacto en su permanencia en el paÃs. Una de las razones es el anuncio del 11 de noviembre sobre la intención del presidente electo de nombrar a Stephen Miller como su subdirector de polÃtica, quien ha expresado que Estados Unidos deberÃa ser «sólo para los estadounidenses».
Durante su campaña en 2016, Trump prometió una «gran puerta hermosa» para la inmigración legal. Sin embargo, bajo la dirección de Miller, su administración introdujo barreras sutiles en el sistema de emisión de visas y permisos de trabajo. «Crearon un muro invisible», describe Dimo Michailov, un abogado de inmigración destacado en Washington, DC. Hubo un aumento en las tasas de denegación de visas de empleo clave como la H1B y la L1, asà como en las «solicitudes de evidencia», que requieren extensa documentación adicional por parte de los solicitantes.
Entre 2016 y 2019, los tiempos de espera se incrementaron un 46%, según la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración. «Hubo más burocracia, más papeleo, más entrevistas», señala Julia Gelatt del Migration Policy Institute. Aunque la inmigración legal total no bajó significativamente hasta la pandemia, los abogados se adaptaron a las nuevas regulaciones. Sin embargo, el proceso se volvió más costoso y lento.
Bajo la administración de Joe Biden, se han realizado esfuerzos para destrabar el sistema gradualmente. Por ejemplo, se ha reducido el escrutinio en las renovaciones de visas y se han eliminado algunas entrevistas obligatorias. No obstante, es probable que estas polÃticas se reviertan. «Asumo que el gobierno de Biden intentará eliminar cualquier rastro de lo anterior», dice David Bier del Cato Institute. Esto podrÃa implicar restricciones para los cónyuges de titulares de visas H1B y L1, y limitaciones para los graduados de universidades estadounidenses sobre el tiempo que pueden trabajar en el paÃs.
Los inmigrantes de India y China son los más afectados. Desde 1991, existe un lÃmite en el número de tarjetas verdes por empleo por paÃs, afectando desproporcionadamente a estos grupos que llegan a través del estudio y trabajo. Muchos quedan atrapados en visas temporales, afectando su estabilidad mientras construyen sus vidas en Estados Unidos. La pérdida de empleo para quienes tienen visas H1B supone un plazo de 60 dÃas para encontrar otro trabajo o abandonar el paÃs, un periodo que Trump podrÃa reducir. Las esperas prolongadas y renovaciones más rigurosas podrÃan forzar a muchos residentes a marcharse.
Jules, una abogada corporativa china que reside en Estados Unidos desde su llegada como estudiante de intercambio en secundaria, relata el retraso de dos años en una de sus renovaciones de visa durante la administración anterior de Trump, limitando su capacidad de viajar al extranjero mientras esperaba una decisión. «Ha sido tan traumático que me siento un poco desorientada», comenta. Con la posible reelección de Trump, considera buscar residencia permanente en otro lugar. Para ella y otros, Estados Unidos fue la primera opción, pero Canadá o Australia son ahora alternativas viables.
Deja una respuesta