En julio pasado, salió a la luz un proyecto mantenido en secreto desde 2019: OpenResearch habÃa llevado a cabo el experimento de renta básica universal más extenso hasta ahora, financiado por Sam Altman. Los primeros resultados se presentaron entonces, pero ahora, seis meses más tarde, hay nueva información que desafÃa uno de los principales argumentos en contra de la medida.
Los detalles detrás del estudio. OpenResearch seleccionó a 3,000 participantes de Texas e Illinois. Estos participantes vivÃan en diversas ciudades con ingresos por debajo de 28,000 dólares. Un tercio de ellos recibió 1,000 dólares mensuales sin condiciones por tres años, mientras que el grupo de control recibió solo 50 dólares mensuales.
En total, se destinaron 45 millones de dólares a este experimento, de los cuales 14 millones fueron directamente aportados por Altman, quien además recaudó otros 60 millones para completar la financiación y apoyar a los investigadores liderados por Elizabeth Rhodes, directora de investigación en OpenResearch.
Hallazgos iniciales. Los resultados de OpenResearch indicaron en julio que aquellos que recibieron los pagos de 1,000 dólares incrementaron su gasto en promedio en 310 dólares mensuales, destinándolo principalmente a alimentos, vivienda y transporte. Este grupo también demostró mayor predisposición a ayudar a otras personas necesitadas.
Aunque no se encontraron evidencias claras de mejores accesos a la atención médica o mejoras en la salud, sà se observaron «reducciones significativas en el estrés, la angustia mental y la inseguridad alimentaria durante el primer año», efectos que se diluyeron en el segundo y tercer año del estudio. Los investigadores concluyeron que «el dinero en efectivo por sà solo no puede resolver problemas crónicos de salud, la falta de cuidado infantil o el alto costo de la vivienda».
Nuevos hallazgos. Este mes se revelaron más datos del estudio. Lo más relevante es que los beneficiarios comenzaron a valorar más el trabajo tras recibir pagos recurrentes sin condiciones, desafiando un argumento comúnmente esgrimido en contra de estos programas.
Además, los investigadores analizaron cómo afectaron los pagos a las opiniones y participación polÃtica de los beneficiarios, asà como su actitud hacia el trabajo. No se registraron cambios significativos en sus opiniones polÃticas sobre programas de dinero en efectivo más amplios. Según David Broockman, coautor del estudio, «Es fascinante y subraya cómo las opiniones polÃticas de las personas son duraderas: quienes antes apoyaban levemente programas como este siguen con ese leve apoyo; y quienes se oponÃan, continúan oponiéndose igual».
Contrario a la pereza. Elizabeth Rhodes, directora de OpenResearch, destacó que los participantes mostraron un «mayor sentido del valor intrÃnseco del trabajo». Además, los investigadores encontraron una firme creencia entre los participantes de que el trabajo deberÃa ser una condición para recibir beneficios gubernamentales, como Medicaid o futuros programas de dinero incondicional.
Aunque se observó un ligero aumento en el desempleo entre los beneficiarios, Rhodes señaló que las actitudes hacia el trabajo se mantuvieron constantes. «Es interesante que no se trate de un cambio en el valor del trabajo», dijo a Business Insider. «En todo caso, valoran más el trabajo. Esto se refleja en que más personas buscan empleo y solicitan puestos de trabajo».
Lecciones para futuros programas. Broockman explicó que los datos del estudio pueden proporcionar una visión sobre cómo tener éxito con otros experimentos de renta básica. Resaltó la importancia de la visibilidad y transparencia si se desea que la renta básica se implemente como polÃtica gubernamental, pues «el gobierno a menudo gasta dinero de maneras que no son tan evidentes para la gente».
Retos de una iniciativa prometedora. Sin duda, el estudio financiado por Altman ofrece importantes lecciones para el diseño e implementación de futuros programas similares. Aunque los beneficios inmediatos de la renta básica parecen evidentes, su éxito a largo plazo dependerá de complementos estructurales proporcionados por las administraciones, como servicios sociales y acceso a viviendas asequibles, factores clave en la agenda global actual.
Además, la percepción pública y una comunicación clara sobre los lÃmites de cada programa serán fundamentales para superar cualquier barrera polÃtica y social durante su implementación. Tras los resultados del experimento de tres años, está claro que, aunque no se confirmaron los temores de los crÃticos ni las expectativas más optimistas de los defensores, el estudio demostró que una renta básica puede proporcionar estabilidad económica sin modificar significativamente las actitudes polÃticas o laborales de sus beneficiarios, lo cual es un avance considerable.
Imagen | Jasontbales con Midjourney
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