La frustración de no poder desatar todo el poder de un Ferrari Testarossa se tornó insoportable para el fallecido millonario australiano Dean Wills, quien se negaba a dejar inactivos a sus impresionantes vehÃculos.
En 1996, un despiste le llevó a presionar demasiado el acelerador de su Ferrari, lo que resultó en una multa por exceso de velocidad tras ser sorprendido por un nuevo agente del sheriff local. La consecuencia: la pérdida de su licencia de conducir.
Pero Wills no estaba dispuesto a abandonar su amor por los superdeportivos. Asà que tomó una decisión audaz: construir un circuito privado en el jardÃn trasero de su hogar al norte de SÃdney, algo de lo que jamás se arrepintió.
Una Licencia Para Disfrutar
Dean Wills amasó su fortuna en el sector tabacalero, además de haber sido un destacado miembro del consejo de administración, ex presidente y director general de Coca-Cola Amatil, la principal embotelladora de Coca-Cola en Australia.
Gracias a su sólida posición financiera, Wills pudo costear una impresionante colección de superdeportivos y coches de lujo. Entre sus tesoros se encontraba un McLaren F1 de edición limitada con el número de registro 009, el único McLaren F1 vendido en un concesionario australiano.
No poder disfrutar de la velocidad en las carreteras públicas no iba a detener a Wills. Se embarcó de inmediato en el diseño de un circuito de carreras al estilo Fórmula 1 en su jardÃn de Nueva Gales del Sur.
Según reportó el Daily Telegraph de Australia, la pista tiene 5,1 km de longitud, con 22 curvas y dos rectas de más de 500 metros. Ocupa 40 hectáreas y su construcción costó aproximadamente 10 millones de dólares, completándose en tres años, según Business Insider.
Mark Wills, hijo del magnate, comentaba al Telegraph que el motivo principal para construir esta pista fue «la falta de oportunidades para disfrutar de una conducción deportiva en condiciones seguras».
Durante los años 80, las carreteras eran tranquilas y con poco tránsito, permitiendo conducir libremente los domingos en la mañana, según el heredero de Wills.
Sin embargo, el crecimiento poblacional incrementó el tráfico, volviendo peligrosas las carreteras. «La seguridad era primordial, necesitábamos un lugar seguro para disfrutar de la conducción como los fabricantes lo habÃan concebido, sin contratiempos ni obstáculos», explicó Mark.
Carretera Rural con Acceso Exclusivo
A pesar de su diseño de alta competición, la pista privada de Dean Wills fue concebida como una carretera rural, donde él y sus amigos pudieran disfrutar de la velocidad sin riesgos. «Nunca pensamos en una pista de carreras, solo querÃamos una carretera rural segura», afirmaba Mark Wills.
A diferencia de un circuito convencional, no posee salidas de grava ni barreras, pero sà señales de velocidad para cada curva, cumpliendo con las caracterÃsticas de una carretera rural. El acceso está limitado a invitados exclusivos de la familia o amigos, quienes deben responder por quienes inviten.
Las estrictas normas del circuito prohÃben carreras y competiciones. «Todos los visitantes son conocidos o son amigos de personas de confianza», mencionaba Mark.
Entre quienes han experimentado la pista están campeones de Fórmula 1 como Jackie Stewart y Jack Brabham, quienes la elogiaron como la «segunda mejor pista del mundo».
«No medimos vueltas; la verdadera medida es cuánto dura la sonrisa del piloto», concluyó el hijo de Wills.
Imagen | Flickr (Alexandre Prevot)
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