Un estudio reciente revela que los empleados con ingresos superiores son más propensos a conservar los privilegios del trabajo desde casa en comparación con aquellos con salarios más modestos.
La investigación del economista de Stanford, Nick Bloom, difundida por The New York Times, indica que desde la pandemia, los días de teletrabajo han disminuido un 16% para quienes perciben entre 10.000 y 100.000 dólares anuales, mientras que esa reducción es de solo un 5% para quienes ganan 200.000 dólares o más al año.
Tanto si responden a decisiones personales como a órdenes de retorno a la oficina, estos empleados podrían estar renunciando a ciertas ventajas del trabajo remoto, que continúa siendo la opción favorita de muchos empleados aunque no necesariamente de sus supervisores.
Además, según recuerda Inc.com, una encuesta de Owl Labs, compañía de videoconferencias, destaca que quienes trabajan en la oficina afrontan el doble de gastos que los teletrabajadores (863 dólares al mes frente a 432 dólares), debido a los crecientes costos de alimentación, desplazamientos, cuidado de mascotas y otros. En España, el escenario es similar.
Los ejecutivos bien remunerados que evitan la oficina
The New York Times sostiene que el teletrabajo se ha transformado en un privilegio de los acaudalados. En Genbeta hemos observado que numerosos líderes insisten en que sus equipos vuelvan a la oficina, mientras que ellos mismos rara vez lo hacen.
Marc Benioff, CEO de Salesforce, ha sido uno de los que más ha insistido en el retorno al trabajo presencial este año, pese a decir: “No rindo bien en una oficina”. The New York Times también cuestiona si él estuvo presente cuando se obligó a los empleados de Salesforce a regresar varias veces por semana.
En octubre, Starbucks, bajo la nueva dirección de Brian Niccol, comunicó a sus empleados corporativos que deberán volver a la oficina tres días a la semana desde enero. No obstante, Niccol sigue residiendo en la costa de California, donde Starbucks le ofrece una oficina privada, un asistente local y acceso a un jet corporativo para viajar a la sede en Seattle cuando sea necesario.
Presión sobre los subordinados
Actualmente, un creciente número de empleados siente una presión cada vez mayor para regresar a las oficinas, una tendencia que muchas compañías han sostenido durante el 20124. El informe destaca que, aunque la capacidad de teletrabajar siempre ha estado ligada a la economía, ahora se reserva en gran medida para los más pudientes.
El análisis del economista de Stanford, Nick Bloom, revela que después de la pandemia, los días de teletrabajo están directamente vinculados a los ingresos. Solo el 5% de quienes ganan entre 10.000 y 50.000 dólares anuales trabajan a 80 kilómetros o más de la sede de su empresa, comparado con el 14% de los que perciben más de 250.000 dólares.
El estudio de teletrabajo de la Universidad de Stanford, que analizó a más de 1200 empresas con políticas de regreso físico, encontró que es más probable que estas exigencias se realicen tras un mal rendimiento financiero. Esto indica que la obsesión con el trabajo de oficina tiene más que ver con apaciguar a los inversores que con optimizar las operaciones de la empresa, según una especialista de NYT.
Imagen | Foto de Benjamin Child en Unsplash
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