En verano, es casi imprescindible contar con algo refrescante para combatir el calor: desde bebidas heladas y sandÃa en la nevera hasta, por supuesto, los helados. Sin embargo, con el auge de las redes sociales y el interés por un estilo de vida más saludable, las tradicionales tarrinas o cucuruchos de helado han dado paso a opciones que parecen, a simple vista, más “saludables». Una de estas opciones es el yogur congelado o, en su variante más viral, el yogurt bark.
¿Cómo se prepara? Esta receta ha ganado popularidad por su atractivo visual y facilidad de preparación. Básicamente, se mezcla yogur griego con frutas o frutos secos, se extiende sobre una bandeja y se lleva al congelador. Al dÃa siguiente se rompe en trozos para disfrutarlo como si fuera una tableta dulce. Sin embargo, como muchas de estas tendencias virales, es importante mirar más allá de su apariencia.
¿Realmente es «saludable»? A pesar de que el yogur natural, especialmente el griego, es rico en nutrientes como proteÃnas, calcio y, en algunos casos, probióticos, el proceso de congelación puede afectar algunas de sus propiedades. Según la Mayo Clinic, muchas cepas probióticas pueden no sobrevivir al ser congeladas y descongeladas, especialmente si no se controla bien la temperatura y la composición del producto.
Además, es crucial prestar atención a la composición del yogur que se utiliza. Muchos yogures en el mercado contienen azúcares añadidos, edulcorantes artificiales, saborizantes y espesantes. Si a esto se le suman coberturas azucaradas, el resultado puede ser una preparación con más calorÃas que una porción moderada de helado tradicional.
En conclusión, la pregunta clave del verano es: Si el helado tradicional y el yogur congelado no son ideales, ¿qué opciones tenemos? La respuesta está en el equilibrio. Consumir helado diariamente no es necesariamente perjudicial si el resto de tu dieta es saludable y no tienes condiciones que lo prohÃban. El problema no reside en el helado en sÃ, sino en cómo se incorpora a tus hábitos: ¿lo consumes después de una comida equilibrada, o lo sustituyes por frutas, agua o alimentos nutritivos? Tanto el helado como el yoghurt bark pueden tener su lugar, siempre que no reemplacen alimentos esenciales ni se consideren automáticamente «saludables».
El fenómeno fit. Adoptar un enfoque saludable no se trata solo de reemplazar una bola de helado por una lámina de yogur congelado y asumir que asà es suficiente. Este tipo de sustituciones rápidas —helado malo, yogur congelado bueno— forman parte de una perspectiva superficial que se ha extendido gracias a la estética fit en redes sociales.
No obstante, la salud no se trata de seguir tendencias ni de buscar hacks. Se trata de comprender lo que comemos, de hacer ejercicio, de descansar… En definitiva, la salud se mide en equilibrio, no en calorÃas ni en likes.
Imagen | Pexels
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