El regreso a la Luna se ha convertido en una prioridad en esta nueva carrera espacial. La NASA, a pesar de algunos desafíos, sigue adelante con sus preparativos. Sin embargo, no todos estos esfuerzos son parte del programa Artemis; Firefly Aerospace, con su innovador «Fantasma Azul», también está jugando un papel crucial.
Observar la Luna de cerca. La NASA ha equipado las cámaras destinadas a registrar el aterrizaje de la misión Blue Ghost en la Luna. El instrumento SCALPSS 1.1 (Stereo Cameras for Lunar Plume-Surface Studies) ha sido diseñado para capturar en detalle y en tres dimensiones la llegada de la sonda a la superficie lunar.
Esta es la segunda versión de SCALPSS que se enviará a la Luna en menos de un año. La versión 1.0, que acompañó a la desafortunada sonda Odysseus de Intuitive Machines, terminó alunizando de manera incorrecta.
El «Fantasma Azul» en acción. Las cámaras se montarán en el módulo de aterrizaje del Blue Ghost, ubicadas alrededor de su base. Esta sonda lunar tiene el objetivo de ser un pionero en módulos de aterrizaje flexibles, capaces de transportar cargas a la Luna en un diseño que puede adaptarse a distintas altitudes.
Desarrollado por Firefly Aerospace, el vehículo mide dos metros de alto y 3,5 metros de diámetro. Está equipado con paneles solares que le proporcionan hasta 300 W. Se espera que el prototipo parta hacia la Luna con SCALPSS a bordo en enero de 2025.
Capturando en estéreo. El SCALPSS 1.1 se compone de cámaras duales que tomarán imágenes superpuestas, generando vistas tridimensionales de la superficie lunar antes y después del aterrizaje de la sonda. Conforme las misiones lunares se vuelvan más frecuentes, la NASA prevé que los alunizajes sucedan cerca de equipos ya instalados en el área.
Por ello, es vital entender cómo estas llegadas afectan el entorno lunar, incluyendo el suelo y los regolitos, además de conocer cómo el polvo y las rocas se dispersan durante el proceso. Medir la interacción entre las plumas de los vehículos y la superficie lunar ofrecerá información detallada sobre estos aspectos.
“Si vamos a instalar elementos (módulos de aterrizaje, hábitats, etc.) en cercanía entre sí, existe el riesgo de que se llene de polvo lo que está alrededor. Por lo tanto, es necesario tomar medidas para proteger esos activos, lo que aumentará la masa, afectando así la arquitectura de las misiones”, explicó Michelle Munk, investigadora principal de SCALPSS, en un comunicado de prensa.
De SCALPSS 1.0 a 1.1. En meses recientes, los ingenieros de la NASA han implementado mejoras en SCALPSS 1.1, incluyendo dos cámaras adicionales, sumando un total de seis. Además, comenzará a operar desde una mayor altitud antes de descender.
La versión SCALPSS 1.0 no logró capturar adecuadamente las interacciones sonda-superficie debido a un aterrizaje fallido, aunque sí pudo funcionar una vez en la Luna. El equipo espera repetir el éxito parcial alcanzado anteriormente.
CLPS: Un aliado de Artemis. El proyecto CLPS (Commercial Lunar Payload Services) de la NASA, del cual forman parte SCALPSS y Blue Ghost, busca apoyar las misiones lunares más allá del programa Artemis. A través de colaboraciones con el sector privado, este proyecto complementa los esfuerzos destinados a consolidar una presencia humana sostenible en la Luna.
Las iniciativas dentro de este marco enriquecerán los objetivos de Artemis y su meta de establecer una base permanente en el satélite.
Imagen | Firefly / NASA
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