Aunque los accidentes aéreos son rarísimos, dos trágicos incidentes recientes con Azerbaijan Airlines y Jeju Air han resucitado el debate sobre la seguridad de los asientos traseros del avión. Curiosamente, en ambos casos, los supervivientes se encontraban en la parte trasera, alimentando la creencia de que esta zona podría ser más segura. Sin embargo, los especialistas en aviación nos invitan a observar más allá de este mito.
Analizando el mito de los asientos traseros. Los 29 supervivientes del vuelo de Azerbaiyán se encontraban en la parte trasera del avión, que quedó en su mayoría intacta tras el accidente. De manera similar, en el segundo caso, los únicos sobrevivientes fueron dos auxiliares de vuelo situados en la parte trasera. Esto parece confirmar la creencia de que la zona trasera es más segura, pero los expertos aseguran que esta percepción puede ser engañosa.
Según un análisis en Wired, la popularidad de esta creencia podría originarse de antiguos estudios realizados por medios como Popular Mechanics y Time. Estos estudios indicaron que la parte trasera podía ser más segura debido a la física del impacto, ya que la parte delantera suele recibir el golpe más fuerte. Aun así, el especialista en aviación Daniel Kwasi Adjekum advierte que aunque la sección trasera pueda conservar su integridad en un impacto, no significa necesariamente que sea la más segura.
Desmitificando los asientos intermedios. Algunos creen que el centro del avión es más seguro por su estabilidad durante turbulencias, al ser el centro de gravedad. No obstante, su cercanía a los tanques de combustible podría representar un peligro en caso de incendio. La ventaja de la sección intermedia es el acceso más rápido a las salidas de emergencia, mejorando las posibilidades de evacuación tras un accidente.
Evaluando la selección de asiento. La elección del asiento en un avión incluye diversas consideraciones. Los pasillos ofrecen rapidez de salida, pero también riesgo ante objetos sueltos. Las ventanas permiten observar el exterior, aunque limitan la movilidad. Los asientos centrales ofrecen protección adicional, pero carecen de popularidad y comodidad.
Lo que dicen las estadísticas. En el estudio de Time, los asientos del tercio trasero mostraban un 32% de mortalidad, menor al 38% del tercio delantero y al 39% del tercio medio. Notablemente, los asientos centrales del tercio trasero tenían la menor tasa de fatalidad, un 28%.
Investigaciones recientes, como las dirigidas por Ed Galea, indican que no existe un asiento universalmente seguro. La supervivencia depende del tipo de accidente y factores como la cercanía con las salidas de emergencia y el tiempo de reacción del pasajero.
La esencialidad de una rápida evacuación. Más allá de la ubicación del asiento, la clave para sobrevivir es evacuar con rapidez. Los aviones están diseñados para evacuarse en 90 segundos, pero el pánico puede extender ese tiempo crucial.
Galea enfatiza que quienes se encuentran en las cinco filas más cercanas a una salida tienen mayores probabilidades de sobrevivir. Los asientos de pasillo permiten una evacuación más ágil que los centrales o de ventana.
Mejorando las posibilidades de supervivencia. La preparación es fundamental, según Galea. Recomienda prestar atención a las instrucciones de seguridad, familiarizarse con las salidas de emergencia y tener un plan mental de evacuación.
También aconseja mantener el calzado puesto durante despegues y aterrizajes y viajar en grupo si es posible. Contar las filas hasta la salida más cercana puede convertirse en una táctica vital en caso de humo en la cabina.
El rol del comportamiento humano. Los comportamientos de los pasajeros, como intentar evacuar con equipaje de mano, pueden poner en riesgo la seguridad de todos durante un accidente. Geoffrey Thomas, experto en seguridad aérea, urge a dejar todo atrás y seguir las instrucciones de la tripulación rápidamente.
Preparación y atención: la clave para sobrevivir. Más allá de dónde se esté sentado, la supervivencia en un accidente aéreo depende de seguir las instrucciones de la tripulación y mantener la conciencia situacional.
Con la baja frecuencia de accidentes fatales (apenas uno por cada 37,7 millones de vuelos en 2023), conviene centrarse en la preparación y no tanto en la ubicación exacta del asiento. Asimismo, es esencial prestar atención a las instrucciones de seguridad, conocer las salidas de emergencia y, por supuesto, confiar en la capacidad de la tripulación para asegurar un vuelo seguro.
Por supuesto, también es fundamental tener la suerte de estar en el “lugar” adecuado.
Imagen | 자연속으로 into nature
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