La atención hacia Marte ha capturado la imaginación en la exploración espacial, convirtiéndose en el «destino manifiesto» para los Estados Unidos. Aunque esto ha generado cierta incertidumbre sobre el ambicioso programa Artemis para regresar a la Luna, más allá de satisfacer la curiosidad científica, nuestro satélite ofrece un abanico de recursos por descubrir.
Un detallado gráfico de Visual Capitalist nos ilustra los diversos recursos disponibles en la Luna, junto con el nivel de confianza en cada uno de ellos.
Perspectivas. Aunque el gráfico carece de atractivo estético, es sumamente informativo; nos presenta los principales recursos lunares y las posibilidades de su explotación con la tecnología actual.
Podemos observar recursos bien estudiados, como el regolito y la energía solar, mientras que otros aún no están tan precisos. Es evidente si podemos aprovecharlos ahora o si son inalcanzables. La recolección es una etapa, pero transportarlos de vuelta a la Tierra es un desafío distinto.
Recurso potencial. Utilizando datos del Estudio Geológico de 2022 de EE.UU., se perfila un futuro que hace poco parecía ciencia ficción: la minería lunar. La Luna alberga metales como hierro, titanio, aluminio, magnesio y el valioso silicio, esencial para la industria tecnológica y los paneles solares.
Además, encontramos Helio-3, posible combustible para la fusión nuclear, metales raros, oxígeno, y agua en forma de hielo en cráteres oscuros. La claridad de la tabla es impresionante:
Recurso |
Clasificación actual |
Recuperable con nuestra tecnología |
Reserva en 30 años |
---|---|---|---|
Energía solar |
Medido |
Sí |
Sí |
Helio-3 |
Estimado |
No |
Desconocido |
Regolito |
Cuantificado |
No |
Sí |
Oxígeno en regolito |
Cuantificado |
No |
Sí |
Agua retenida en hidrógeno |
Cuantificado |
No |
Probable |
Agua en forma de hielo |
Mínima o sin evidencia |
No |
Desconocido |
Minería lunar. Antes del arribo de Elon Musk y sus transformaciones en la exploración espacial, la NASA contemplaba enviar equipos de perforación a la Luna para establecer una planta permanente para el 2032. Aunque eventos recientes complican este plan, el Tratado del Espacio Ultraterrestre también plantea obstáculos.
La minería lunar es atractiva debido a los posibles yacimientos en el satélite, pero el Artículo 11 del tratado de 1967 establece que los recursos naturales de la Luna son “patrimonio común de la humanidad”.
Además, estos recursos “no pueden ser objeto de apropiación nacional” ni ser propiedad de estados, organizaciones o individuos.
Interpretación del suelo lunar por parte de la ESA
Regolito. Entre los recursos más prometedores resaltan el regolito. Este polvo lunar, compuesto por oxígeno y metales, es un recurso que, usando electrólisis, podría separar sus componentes para distintas aplicaciones. En la Luna, el oxígeno es crucial para sostener la vida. Además, el desecho del regolito podría servir como material de construcción.
Además, se están explorando proyectos para enriquecer el regolito con bacterias, mejorando su fertilidad y permitiendo la agricultura lunar, clave para la futura colonización de la Luna y Marte.
Energía solar. La energía solar es el recurso lunar más viable a corto plazo. En los polos lunares, donde el Sol brilla constantemente, se puede generar energía continua, gracias a la ausencia de atmósfera. Esta energía podría transmitirse a la Tierra mediante láseres o microondas.
Proyectos en desarrollo. Varios proyectos están en marcha. Destaca el Luna Ring de Japón, que busca circundar el ecuador lunar con paneles solares para transmitir 13.000 teravatios de energía a la Tierra. También el GE⊕-LPS de la Agencia Espacial Europea, que podría aprovechar regolito para construir paneles lunares, y Blue Alchimist de Blue Origin, que también explora la generación de energía a partir de regolito.
Desafíos. Estos programas enfrentan desafíos significativos. Producir paneles solares en la Luna aún es un logro lejano. Aunque regulito se ha empleado para fabricar paneles en la Tierra, trasladar estos desde nuestro planeta es complejo y costoso.
El entorno lunar es hostil: los paneles deben resistir la radiación solar directa, temperaturas extremas y frecuentes impactos de cuerpos celestes, sin la protección atmosférica que tenemos en la Tierra.
En resumen, la Luna es un bastión de recursos que puede sustentar bases lunares y abastecer a nuestra Tierra, que enfrenta el agotamiento de sus propios recursos minerales. No obstante, es crucial evaluar las implicaciones de convertir nuestro satélite en una estación energética, considerando cambios potenciales en el clima terrestre.
Imagen | ESA
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