Los drones Shahed, de fabricación iraní, se han transformado en un vector de terror constante en Ucrania. Recientemente, Rusia ha intensificado su ofensiva aérea en el conflicto en Europa del Este, desplegando un enjambre de estos drones junto a una innovación en su estrategia: el uso de drones mejorados llamados Lancet.
Una noche de fuego. El ataque aéreo más intenso desde el comienzo de la invasión en 2022 tuvo lugar cuando Rusia lanzó 537 armas aéreas sobre Ucrania en una sola noche, provocando una escalada significativa en su campaña militar. De esos ataques, 477 fueron drones explosivos y de distracción, junto con 60 misiles de varios tipos. Las defensas ucranianas lograron interceptar 211 drones y 38 misiles.
La magnitud de este ataque refleja la intención deliberada de Moscú de minar la infraestructura de defensa aérea de Ucrania, agotar sus recursos occidentales y desestabilizar su capacidad logística de respuesta. En Lviv, cercana a la frontera polaca, se vieron afectadas instalaciones críticas, mientras que en Kiev, Jersón y Járkov hubo víctimas y daños residenciales.
Cae un F-16. Ante la falta de sistemas antiaéreos y misiles interceptores, Ucrania ha utilizado sus aviones de combate como parte de su defensa aérea, una estrategia limitada y arriesgada. Recientemente, el piloto de F-16 Maksym Ustymenko murió tras derribar siete objetivos aéreos, sacrificando su avión para evitar daños en áreas pobladas. La negativa de Estados Unidos a vender más sistemas Patriot ha llevado a Kyiv a expresar su intención de comprarlos por su cuenta.
Zelenskyy, al solicitar más asistencia occidental, enfatizó que “Moscú no cesará mientras tenga capacidad para ataques masivos” y exigió mayor presión internacional sobre el Kremlin. En solo una semana, Rusia ha lanzado más de 1.270 drones, 114 misiles y casi 1.100 bombas planeadoras, en una ofensiva aérea sin precedentes que busca no solo agotar recursos, sino también quebrar el espíritu de la población.
Drones y evolución. Como hemos informado estas semanas, el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, explicó que Rusia ha incrementado el uso combinado de misiles y drones, en su mayoría Shahed, de diseño iraní, que ahora vuelan más alto, más rápido y con mayor carga explosiva, poniendo en jaque a las defensas móviles antiaéreas de Ucrania.
El avance tecnológico de los drones ha forzado a Ucrania a encontrar respuestas más sofisticadas para adaptarse. A pesar de los esfuerzos durante años para desarrollar contramedidas electrónicas y tácticas de neutralización, las mejoras tecnológicas de Rusia requieren una defensa cada vez más avanzada.
Ciclo de adaptación. El Shahed-136, llamado Geran-2 en Rusia, ha evolucionado de ser un simple dron suicida de bajo coste a un elemento clave en la guerra tecnológica en Ucrania. Su asequible precio, amplio alcance y gran carga explosiva lo han hecho muy eficaz para ataques profundos y operaciones tácticas.
Inicialmente, Ucrania logró un alto índice de neutralización de los Shahed, utilizando interferencias electrónicas, helicópteros Mi-24, cazas MiG-29 y ametralladoras montadas en vehículos. Sin embargo, el diseño y tácticas mejoradas han permitido a un número creciente de Shaheds superar las defensas ucranianas en meses recientes.
Estos factores han contribuido al mayor ataque aéreo registrado hasta ahora.
El rediseño iraní. Informes ucranianos señalan mejoras significativas en los Shahed más recientes, como el blindaje del compartimento del motor, mejor protección contra disparos y la reubicación de depósitos de combustible al fuselaje central, reduciendo vulnerabilidades. La innovación más notable es la inclusión de submuniciones.
Estas nuevas versiones no solo explotan al impactar, sino que pueden liberar pequeñas cargas explosivas durante el vuelo, aumentando su eficacia contra tropas o posiciones fortificadas. Estas cargas pueden ser liberadas en cualquier punto, aumentando su flexibilidad operativa. Las tropas ucranianas en Sumy y Járkov han reportado encuentros desconcertantes, con explosiones inesperadas minutos después del vuelo de los drones.
Prototipo de Lancet
Lancet. Adicionalmente, Rusia ha introducido nuevas tácticas en el despliegue de los Shahed. Ahora los lanzan por pares: uno a baja altura y otro más alto. El dron inferior actúa como señuelo, atrayendo los radares ucranianos, mientras el dron superior pasa desapercibido hasta que el inferior es destruido, mejorando sus posibilidades de éxito.
Además, Rusia ha comenzado a combinar los Shaheds con drones llamados Lancet, dispositivos más pequeños y difíciles de detectar, usados para atacar el equipo de defensa antidrón ucraniano, permitiendo a los Shaheds operar sin oposición. Esta táctica de “ataque a los interceptores” ha complicado la defensa móvil terrestre de Ucrania.
Avance ruso en tierra. Paralelamente al ataque aéreo masivo, las fuerzas rusas avanzan en el frente oriental a una velocidad no vista desde noviembre, apoyadas por bombas planeadoras de precisión y drones guiados por fibra óptica. El comandante en jefe ucraniano, Oleksandr Syrsky, advirtió sobre intentos de romper las líneas defensivas, especialmente alrededor de las ciudades de Kostyantynivka y Pokrovsk, que podrían quedar cercadas si la ofensiva continúa.
En el norte, tropas rusas avanzan desde Kursk hacia Sumy, amenazando con acercarse a la capital regional. Autoridades ucranianas anticipan una intensificación de la ofensiva terrestre y aérea rusa durante el verano.
Cambio doctrinal y minas antipersona. Como resultado del conflicto intensificado, Zelenskyy firmó un decreto para retirar a Ucrania de la Convención de Ottawa, que prohíbe minas antipersona. Según el parlamentario Roman Kostenko, esto responde a la asimetría moral y táctica del conflicto.
Rusia, que no es parte del tratado y ha usado ampliamente estas armas, ha llevado a que la permanencia de Ucrania en el acuerdo se vea como una desventaja estratégica. Aunque requiere aprobación parlamentaria, este paso refleja un cambio en la doctrina militar de Kyiv que busca adaptarse a una guerra sin reglas impuestas por el adversario.
Guerra sin tregua. El ataque aéreo ruso ha aumentado la destrucción de la guerra, incrementando el desgaste de las defensas ucranianas y la urgencia de apoyo internacional. La escasez de municiones antiaéreas y el aumento de sofisticación en los ataques rusos sitúan a Ucrania ante una carrera contrarreloj para mantener su capacidad de resistencia.
La estrategia de Putin parece destinada a mantener una presión continua sobre Ucrania, dificultando su capacidad de respuesta antes de que la ayuda internacional llegue en forma contundente. La posibilidad de un acuerdo de paz se desvanece, mientras la guerra entra en un ciclo de intensificación, con consecuencias inciertas para el equilibrio regional y la seguridad europea.
Imagen | Heute, State Emergency Service of Ukraine, Nickel nitride
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