Aumento del 120% en embarazos de mujeres mayores de 40 años

La tasa de natalidad en España sigue disminuyendo, y los nacimientos se producen en edades más avanzadas. El reciente informe del INE, que ofrece una primera visión sobre la natalidad y mortalidad en 2024, revela algunas tendencias sorprendentes, destacándose especialmente el retraso en la maternidad: un número creciente de mujeres están teniendo hijos después de los 40 años, o incluso a los 50.

Un dato significativo es el 10,4%.

Un pequeño respiro. Los datos aún son preliminares, por lo que el panorama podría modificarse en los próximos meses. No obstante, y a la espera de cifras definitivas, España parece haber terminado 2024 con un pequeño respiro en términos demográficos. La natalidad ha experimentado un modesto repunte, insuficiente para superar el número de defunciones y evitar un saldo vegetativo negativo, pero al menos ha frenado la tendencia descendente de la última década.

El aumento es del 0,4%. Así lo ha registrado el INE para 2024: un incremento del 0,4%, lo que se traduce en 1.378 nacimientos adicionales respecto a 2023. Durante el pasado año nacieron en España 322.034 bebés, casi 1.400 más que en el año inmediato anterior. Este dato ofrece tanto una interpretación positiva como otra más matizada, dependiendo de cómo se analice el contexto temporal. La buena noticia es que es el primer aumento en natalidad desde 2014, cuando se alcanzaron alrededor de 427.600 nacimientos.

Sin embargo, pese a este aumento, la capacidad demográfica de España sigue siendo muy inferior a la de las décadas del baby boom, durante los años 50, 60 y mediados de los 70, cuando se registraban entre 650.000 y 660.000 nacimientos anuales. El INE señala que en 1975 hubo casi 669.400 nacimientos, lo que implica una caída del 52% desde entonces.

El número 33.570. El informe del INE proporciona una comprensión más clara de la demografía española vinculada a la maternidad. Una tendencia notable es el retraso en la maternidad, con cada vez más mujeres teniendo hijos a partir de los 40 años. En 2024, este grupo representó 33.570 nacimientos. Esto equivale a que uno de cada diez bebés nacidos en España (10,4%) tiene una madre que ha llegado o superado los 40 años. En 2014, la cifra era significativamente menor, situándose en el 7,2%.

Retrocediendo en el tiempo. En 2014, el INE documentó 30.946 nacimientos de mujeres de 40 años o más, mostrando un incremento del 8,5% en una década. Durante el mismo periodo, los nacimientos de madres menores de 25 años descendieron un 21,9% y los nacimientos de mujeres entre 25 y 39 años, el grupo mayoritario, disminuyeron un 27,9%. Retroceder aún más en el tiempo muestra una tendencia más pronunciada.

En 2000, el INE registró 397.632 nacimientos en España, de los cuales 10.163 fueron de mujeres mayores de 40 años. En ese entonces, su proporción era solo del 2,5% del total, y desde entonces, el número de nacimientos en ese grupo ha aumentado un 230%. En 2004, las mujeres de 40 o más años contribuyeron con 15.017 nacimientos, duplicando así su participación.

Otro indicador: edad media. Otro elemento que revela el cambio en la maternidad en España es la edad media para tener hijos, un indicador que ha crecido constantemente en las últimas décadas. En 1976, se situaba en 28,51 años, y para 2000 ascendía a 30,72 años. En 2010, llegó a 31,2 años y en 2023 se estimaba en alrededor de 32,6 años. Esto implica un incremento de más de cuatro años desde los años 70. A nivel europeo, se observa también un aumento gradual en la edad del primer parto.

¿Qué causa este fenómeno? La gran pregunta. El aumento de la «edad media a la maternidad» que señala el INE, así como el crecimiento de los nacimientos en mujeres mayores de 40 años, coincide con otros cambios que impactan directamente en la vida de las mujeres. Rafael Puyol, catedrático de Geografía Humana, destacaba en un reciente artículo sobre la crisis demográfica en España factores como la revolución educativa, la incorporación de la mujer al mercado laboral, y transformaciones en el ámbito cultural y del modelo familiar, como causas subyacentes.

Imágenes | Alexander Dummer (Unsplash) e INE