En la intersección de Ácula y Ventas de Huelma, en el corazón de Granada, una cooperativa aglutina a 1.600 productores de aceituna de los alrededores. Una simple visita a sus instalaciones revela la cruda realidad del aceite de oliva en Andalucía: están operando las 24 horas y procesando tres veces más aceituna que el año anterior.
Curiosamente, esta abundancia puede convertirse en un contratiempo.
¿Por qué un excedente es problemático? Aunque para los consumidores la caída en el precio del aceite pueda resultar atractiva, todo tiene un límite, determinado por los costos fijos.
Cuando los precios bajan demasiado, los agricultores comienzan a perder dinero. Los gastos de movilización, gestión y transporte de la aceituna pueden superar los ingresos.
¿Cuál es el impacto económico? El precio crítico, históricamente para el olivar de secano, se sitúa alrededor de los cuatro euros por litro. Actualmente, el precio se acerca peligrosamente a este límite, bajando desde los nueve euros del año pasado.
¿Es éste un fenómeno inusual? En el sector del aceite hemos vivido años complicados; esta temporada no solo afecta al aceite, sino también a productos como limones, almendras y plátanos. Incluso, el vino enfrenta dilemas similares.
Cuando la producción y la demanda no coinciden, surgen problemas, independientemente del lado en el que ocurran.
¿Qué ocurrirá con los precios? La evolución de los precios es incierta. Pese a las pérdidas acumuladas por los grandes distribuidores, esta buena cosecha les brinda una oportunidad para equilibrar sus cuentas. No obstante, como indicaron desde Deoleo, no se esperan precios bajos en supermercados; al contrario, se intenta frenar la caída en los precios minoristas.
Pero, la desigualdad en el mercado original causa serios inconvenientes a los numerosos productores de la España rural.
Esto ya está ocurriendo. «Ha habido momentos en que el precio del virgen extra ha bajado a 3,5 euros, lo que implica que en otras categorías más bajas está en tres, y esto es preocupante, ya que el volumen de la cosecha actual no justifica tal descenso», explicaba el director de Cooperativas Agroalimentarias Granada en Ideal.
¿Qué podemos anticipar? Si no se detiene la caída de precios en origen, podríamos enfrentarnos a un cambio de modelo productivo para el olivar español. El olivo de secano conlleva costos más altos que el de regadío o el superintensivo. Tras años de dificultades financieras, podría ser inevitable que muchas explotaciones de secano cierren debido a la superproducción y precios bajos.
Esto sería un drama para muchas áreas del país, aunque también podría traducirse en una mejora en la productividad agrícola y generar tensiones medioambientales significativas. Con cada día que pasa, el futuro de la cultura del aceite de oliva es más incierto.
Imagen | Emre | Emiliano García Page
Deja una respuesta