El pasado fin de semana en el night club Herencia de Papá, ubicado en el centro de Talca, Chile, se vivió un peculiar incidente cuando una mujer denunció a las autoridades que su marido estaba secuestrado en el establecimiento y que le habían sustraído 15 millones de pesos chilenos, equivalentes a $15,300.
Pero al llegar al lugar, los carabineros descubrieron que el supuesto secuestro no era cierto y que el dinero estaba debidamente documentado en tres boletas de 5 millones de pesos cada una.
El administrador del local, en un reporte transmitido en directo por la radio local FMMAS, desmintió categóricamente la acusación, aclarando lo ocurrido.
“El cliente es frecuente aquí. Llegó tras discutir con su esposa. Estuvo de fiesta dos días. Se fue a un hotel, regresó, continuó disfrutando, pagó todo, y luego apareció la señora con esta historia del secuestro. ¡Por favor! Aquí estaba comiendo una cazuela y disfrutando. Todo fue un malentendido, no hubo secuestro ni robo”, afirmó con seguridad.
Para fortalecer su relato, mostró los documentos que apoyaban su versión de los hechos.
“Hay tres boletas de 5 millones cada una. Gastó 15 millones de buena manera, pero inventaron que fue secuestrado y drogado, lo cual es falso. Él estaba contento”, explicó el administrador.
Cuando se le preguntó por qué continuó vendiéndole alcohol y servicios al cliente, el encargado respondió: “No voy a echar a un cliente si viene a gastar 10 o 100 millones. ¡Pago mis impuestos! ¿Por qué no debería atenderlo?”
Un amigo del hombre fue quien reveló su paradero, llamando al local para verificar si lo habían visto.
“Está aquí, disfrutando una cazuela. No está borracho ni nada. Solo evita volver a casa”, respondió sinceramente el gerente.
Después de que los carabineros verificaron las boletas y descartaron el secuestro y robo, la esposa se lo llevó de regreso al hotel donde estaban alojados.
El periodista que cubrió el singular evento descubrió que el hombre no cubrió toda su cuenta, por lo que posiblemente regrese al Herencia de Papá para saldar la deuda pendiente.
– De hecho, todavía debe dinero…
– ¿Un deudor?
– ¡Efectivamente, deudor!
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