En los años 2000, un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Francisco descubrió que realmente existÃan personas que requerÃan menos tiempo de sueño de lo habitual. Estos individuos, de manera natural, duermen entre tres y seis horas sin manifestar signos de fatiga o deterioro cognitivo.
La idea parecÃa inverosÃmil en aquel entonces. La opinión prevaleciente entre expertos era que quienes afirmaban dormir poco o no eran conscientes del tiempo efectivo de sueño o estaban experimentando un daño cognitivo sin saberlo. Esto motivó a los investigadores a profundizar en el tema.
Sik3-N783Y. Han pasado 20 años, pero esta es la esencia de sus hallazgos sobre el ‘sueño corto natural’. Analizando los genomas de varias generaciones, el equipo determinó que la variante Sik3-N783Y (una alteración del gen Sik3) podrÃa explicar este fenómeno. Aunque no es la única mutación encontrada (han identificado cinco alteraciones en cuatro genes diferentes), parece ser la más importante.
Sin embargo, probarlo fue complicado. Al introducir la variante en ratones de laboratorio, los cientÃficos verificaron que estos dormÃan, en promedio, 31 minutos menos que los demás sin mostrar signos de fatiga. Con un poco de estimulación, podÃan mantenerse despiertos casi una hora más de lo habitual.
¿Cómo es posible? Ying-Hui Fu, la neurocientÃfica a cargo de la investigación, explicó en la revista Nature que «nuestros cuerpos siguen funcionando mientras dormimos. Se desintoxican y reparan daños. Estas personas [con la mutación] son capaces de llevar a cabo estas funciones más rápidamente que el resto».
Este hallazgo es significativo.
Una posible nueva lÃnea de medicamentos. La posibilidad de que Sik3 se convierta en un blanco terapéutico es particularmente prometedora. Actualmente, existen diversas técnicas y medicamentos para regular la expresión génica y, teóricamente, las variantes identificadas por el equipo de Ying-Hui Fu podrÃan servir como una hoja de ruta para adentrarse en el desarrollo de productos que permitan reducir las horas de sueño necesarias.
Y hay un gran mercado por captar. La búsqueda de reducir el tiempo de sueño es una ambición que ha acompañado a la humanidad desde siempre. Impulsa la creación de bebidas energéticas, el uso recreativo de metilfenidato y técnicas para aprender a dormir menos tiempo: una búsqueda constante para escapar del cansancio y la fatiga.
El inconveniente es que esto trae consigo graves consecuencias: rápidamente aparecen problemas inmunológicos, metabólicos, cardiacos, psicológicos y cognitivos. La falta de sueño, o el sueño de baja calidad, está estrechamente relacionado con un incremento en las tasas de enfermedad coronaria, diabetes y obesidad. También puede afectar las relaciones personales y provocar aislamiento social.
Un medicamento que pudiera minimizar los daños del sueño deficiente representarÃa una gran oportunidad para las farmacéuticas.
¿Estamos cerca de lograrlo? Aún es prematuro afirmar que estamos en esa etapa, pero por primera vez en mucho tiempo parece que hemos encontrado una vÃa sólida para avanzar hacia ese objetivo, con todas las implicaciones que esto conlleva.
Imagen | Nubelson Fernandes
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