Ni saqueos ni caos en las calles. Aunque gran parte del país experimentó un apagón que dejó a miles de españoles sin electricidad en sus hogares y negocios, el 28 de abril de 2025 no será recordado como un día de desorden. A pesar de ciertas dificultades, el Ministerio del Interior confirmó esta mañana que la noche transcurrió «de manera tranquila», sin reportes significativos de incidentes de seguridad.
Este apagón masivo no es la primera vez que España enfrenta desafíos, ya que los españoles han demostrado su compostura durante los estados de alarma de la pandemia del COVID-19.
Que una nación se sumerja en la oscuridad, como ocurrió este lunes a las 12:33, afecta múltiples aspectos: desde la industria y el comercio, hasta la movilidad, la educación y la seguridad. El Gobierno declaró la emergencia nacional en ocho comunidades, y la discusión sobre los recursos para garantizar la seguridad fue uno de los temas predominantes en las primeras horas.
Los riesgos de seguridad
«Madrid tiene 9.000 calles, 3,5 millones de habitantes… Si una ciudad de estas dimensiones queda completamente a oscuras, todos somos conscientes de que pueden surgir problemas de seguridad en diversos lugares», comentó el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Sin electricidad, muchos negocios carecían de datáfonos, así como de sistemas de vigilancia y mecanismos automáticos para cerrar sus locales.
El temor a robos y saqueos llevó a algunos comerciantes a velar por sus negocios. En Ayamonte, Huelva, algunos permanecieron en sus locales al no poder bajar las persianas; en Granada, el diario Ideal mencionó a empresarios en situaciones similares que no querían abandonar sus establecimientos. «La gente aprovecha mucho para robar y aquí no tenemos ningún sistema que nos permita asegurar la tienda», confesó a ABC una dependienta en el centro de Madrid mientras esperaba el restablecimiento del suministro eléctrico.
Sus preocupaciones eran comprensibles.
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Tras la DANA de Valencia, hubo quienes aprovecharon la confusión para saquear baterías, material deportivo, teléfonos y consolas, en ocasiones usando camiones. Solo en la noche del 30 al 31 de octubre, la Policía Nacional detuvo a 39 personas en una operación de vigilancia en zonas comerciales, y semanas después, a mediados de noviembre, el número de detenidos por saqueos superaba los 400.
No hace falta un evento tan catastrófico como la DANA de Valencia para desencadenar problemas. En 1977, Nueva York sufrió un corte eléctrico de un día que resultó en una «noche del terror», según la revista Time, con el saqueo de más de 1.615 tiendas, más de 1.000 incendios, alrededor de 4.000 detenidos y cientos de policías heridos. Hace unas semanas, en respuesta a un apagón masivo en Chile, el Gobierno decretó el estado de excepción e impuso un toque de queda de diez de la noche a seis de la mañana.
En España, aunque se reforzó la seguridad, no se recurrió a medidas tan extremas. El Gobierno informó que entre el lunes y el martes se desplegaron más de 30.000 agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil, junto con otras fuerzas autonómicas y locales.
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En Cataluña, los Mossos d’Esquadra prolongaron turnos y activaron un plan de seguridad nocturno con más de 7.200 agentes, mientras que otras ciudades también reforzaron su presencia policial. En Vigo, el alcalde anunció que la Policía Local triplicaría su personal, desplegando 13 patrullas municipales y casi una veintena de agentes nacionales.
¿El resultado? Una relativa calma. Aunque algunas ciudades recuperaron la electricidad en pocas horas, otras tardaron más de 14 horas. La jornada estuvo marcada por inconvenientes en las comunicaciones y los semáforos.
Aún no se conoce el total de alertas, pero Interior reporta una «noche tranquila y sin incidentes significativos». Tanto el alcalde de Madrid como el de Barcelona destacaron el «civismo» de sus ciudadanos. «Los madrileños han demostrado que en los momentos más desafiantes, ofrecen lo mejor de sí mismos. Frente al apagón, una lección de civismo», señaló Almeida.
Esto no significa que las últimas horas hayan transcurrido sin tensiones. elDiario informó sobre intentos de robo, alarmas activadas y «algunas» quemas de contenedores en Andalucía. En Barcelona, los servicios de emergencia atendieron al doble de llamadas, muchas relacionadas con personas atrapadas en ascensores o con problemas de movilidad. En otras localidades, el flujo de incidentes fue constante.
La respuesta más gráfica la brindó esta mañana el alcalde José Luis Martínez-Almeida al ser cuestionado sobre la noche en la capital, afirmando que solo hubo un conato de reyerta y un alunizaje.
«Más tranquila que cualquier otra», resumió el regidor madrileño.
Imagen | Xataka
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